Los países de América Latina se encuentran en la mitad inferior del ranking global de calidad educativa para las tres asignaturas que evalúa las pruebas PISA. Más que sorprendernos y preocuparnos, nos debemos poner rápidamente en acción para construir un acuerdo social que ponga a la educación como motor del desarrollo de la región. ¿De qué forma?
Cada vez que se publican los resultados de las pruebas PISA se evidencia la necesidad de atender los grandes desafíos del presente, pero también de pensar cuál es el futuro que queremos para América Latina. Los desafíos no son pocos y resolverlos implica un acuerdo social que ponga a la educación como motor del desarrollo de la región.
Ya lo sabíamos, los países de América Latina se encuentran en la mitad inferior del ranking global de calidad educativa para las tres asignaturas que evalúa PISA. Sin ánimo de repetir resultados que están siendo analizados por especialistas en la materia, nos detenemos en algunos que muestran la enorme desigualdad que existe en nuestros países:
- En lectura, el 88% de los estudiantes más pobres de la región tienen bajo desempeño, comparado con el 55% entre los más ricos.
- En matemáticas, el 82% de los estudiantes más pobres de la región tienen bajo desempeño, frente al 51% entre los más ricos.
- En ciencias, el 80% de los estudiantes más pobres de la región tienen bajo desempeño, si se lo contrasta con el 50% entre los más ricos.
Es importante que el abordaje que hagamos sea desde la acción sistemática de propuestas superadoras, que nos impulsen de manera colaborativa a trabajar con otros y lograr impacto a largo plazo. El compromiso por construir una educación de calidad que permita a cada estudiante no sólo saber leer, escribir y resolver operaciones matemáticas, o tener nociones básicas de ciencia, sigue estando presente en las agendas de política educativa de cada uno de los países.
No obstante, los resultados de aprendizaje, que por primera vez muestran el impacto de la pandemia a escala global, nos exige diseñar estrategias y marcos de acción no sólo para revertir sus efectos, sino también potenciar esquemas virtuosos entre diferentes sectores para sostener cambios profundos que ayuden a que los estudiantes le den sentido a sus aprendizajes y a su paso por la escolaridad.
10 ideas para trabajar juntos por más y mejores aprendizajes
1. Fortalecer la coordinación intersectorial
Es necesario crear mecanismos de coordinación y colaboración efectiva entre los diferentes niveles de gobierno, las instituciones educativas, las organizaciones sociales y el sector privado.
2. Establecer metas y objetivos comunes
Para que la coordinación tenga resultados, es importante que todos los actores involucrados en la educación compartan una visión, establezcan metas y objetivos comunes, así como mecanismos de seguimiento y evaluación para garantizar que se estén alcanzando.
3. Esquemas de financiamiento diversificado
Los Estados tienen un rol fundamental para el sostenimiento de la educación pública, tanto en la gestión estatal como privada. Pero para invertir mejor y desarrollar esquemas sostenibles que resistan los efectos de la macroeconomía de la región, nos invita a diseñar esquemas en el que el financiamiento de los procesos de mejora e innovación puedan tener fuentes diversas y complementarias que garanticen la continuidad más allá de los ciclos de gobierno.
4. Invertir en la formación y el desarrollo profesional de los docentes
Los docentes son la clave para mejorar la calidad de la educación. Por lo tanto, es necesario invertir en su formación y desarrollo profesional, para que puedan adquirir las competencias necesarias para enseñar de manera efectiva.
5. Mejorar las condiciones de trabajo de los docentes
Los docentes deben tener las condiciones necesarias para realizar su labor de manera efectiva. Por lo tanto, mejorar sus condiciones de trabajo, en términos de salario, estabilidad laboral y seguridad social.
6. Garantizar el acceso a una educación de calidad, que nadie quede afuera
Un paso clave es diseñar e implementar políticas inclusivas que apoyen a los estudiantes de entornos más vulnerables.
7. Promover la innovación educativa
Es evidente que necesitamos nuevas respuestas (cambiar nuestras metodologías de enseñanza, nuestros recursos, formatos institucionales) para encontrar nuevas formas de mejorar el aprendizaje. Esto requiere crear espacios para el intercambio de ideas y experiencias, y el desarrollo de prácticas educativas que repliquen las buenas prácticas y construyan sobre la base instalada.
8. Fomentar la participación de la comunidad
Es importante fomentar la participación de la comunidad en la educación. Esto requiere crear mecanismos que permitan a los padres, las familias y los actores de la sociedad civil contribuir al mejoramiento de la educación.
9. Generar esquemas de sostenibilidad
Es necesario generar esquemas de sostenibilidad que permitan mantener las mejoras en la educación a largo plazo. Esto requiere implementar políticas que promuevan la inversión en educación, así como la creación de capacidades para el autofinanciamiento de las instituciones educativas.
10. Evaluar el impacto de las políticas
Es necesario evaluar el impacto de las políticas educativas, para garantizar que estén logrando los resultados esperados. Esto requiere establecer sistemas de evaluación que permitan medir el progreso y los resultados de las políticas educativas.
El modo de llevar estas ideas a la práctica requiere que sean adaptadas a las necesidades y realidades de cada país de América Latina. Sin embargo, ofrecen un marco general para promover un ecosistema multisectorial que permita mejorar los aprendizajes en la región. Trabajar juntos nos permite generar una visión común sobre la cual construir una mejor educación para una mejor sociedad.
Los cambios sistémicos resultan indispensables para construir objetivos claros, concretos, sostenibles a largo plazo, medibles, que permitan la flexibilidad necesaria para los cambios inherentes al sistema, pero también los reajustes necesarios para permear en la construcción del proyecto de vida de cada niño, niña y jóven de todo Latinoamérica.
Natalia Jasin es directora general y fundadora de Bounty EdTech.